John Grinder y Richard Bandler, creadores de la PNL, investigaron a varias personas triunfadoras en diversas áreas y determinaron sus respuestas de vida. Las respuestas de tu mundo dependen mucho de lo que tú creas. Así descubrieron que la gente triunfadora a la que investigaban y estudiaban creía en algo.
Ø Primera creencia. Todo pasa para mi bien.
Cuando llegas a la creencia de que todo lo que pase en tu vida es para tu bien, que no existe ninguna circunstancia negativa o maligna, sino que todo sucede para tu beneficio, para que crezcas, para que seas mejor, entonces todo suceso será una bendición y jamás una maldición. Si creas el hábito de creer que todo lo que sucede es una bendición, tu crecimiento será imparable.
La vida da tantas vueltas que de pronto lo malo se hace bueno y lo bueno malo, hay que conservar la creencia de que, aún así, todo pasa para mi bien y así será. Nunca sabes que eso, lo que sea, que te pasó era para tu bien, no importa, sea cual sea la situación, por terrible que parezca, todo sucede para tu bien y todo tiene un beneficio para ti.
Dicho de otra manera: “La vida se confabula para hacerme triunfar”.
Ø Segunda creencia. Aún perdiendo, sigo ganando.
Hay una historia real muy contada, pero que viene al caso en esta ocasión. Thomas Alva Edison fue entrevistado por un joven reportero que le preguntó que por qué insistía en inventar el foco de luz incandescente, que si Dios hubiera querido que tuviéramos luz artificia ya nos habría dado el foco a lo que Alva Edison contestó:
- Creo que usted no ha vivido lo suficiente, yo no me he equivocado en el número de veces que usted dice, sino que he acertado ese número de veces en la forma en que no se hace un foco, por lo tanto estoy más cerca de descubrir como sí se hace, y le voy a asegurar una cosa, que en su casa, usted va a tener luz proveniente de uno de mis focos.
Muchas personas ante una ruptura amorosa o un divorcio se amargan o se sienten fracasadas en lugar de darse cuenta que es una gran oportunidad de darse cuenta qué es lo que están haciendo mal y corregir, que están más cerca de la pareja adecuada que antes, que salen ganando en experiencia aplicable a su favor. No importa qué tan obscuro se vea, créeme sigues ganando y puedes capitalizarlo, siempre, a tu favor.
Ø Tercera creencia. Yo soy el responsable de mi mundo.
Decía Richard Bach: “Entiéndelo de una vez, todo lo que te rodea tú lo has convocado, de una forma u otra, tú lo has atraído”. Sucede algo muy importante, cuando tú no meres responsable de tu mundo, tu cerebro no trabaja a tu favor, porque él comprende algo, que si yo no soy responsable de mi mundo, entonces soy víctima y por lo tanto tengo que atenerme a las circunstancias. Pero cuando dices: Yo soy el responsable de mi mundo, yo soy el que dirige mi mundo y todo lo que me rodea yo lo he convocado de una forma u otra. En ese momento tu cerebro trabaja a mayores capacidades ya que al darse cuenta de que eres responsable, se siente también responsable de todo y empieza a convocar a la gente, las circunstancias, el destino y el tipo y calidad de vida que quieres vivir.
Cuando eres responsable de tu mundo no eres víctima de ninguna circunstancia.
Ø Cuarta creencia. La buena suerte la mando llamar.
La suerte está constituida de dos factores: la preparación y la oportunidad. La preparación depende de uno mismo y la oportunidad del destino pero curiosamente sucede que cuando te preparas a fondo para algo (positivo o negativo) la oportunidad aparece.
No importa lo que desees, sólo tienes que prepararte para ello, visualizándote como si ya lo tuvieras y atraerás a la oportunidad más temprano que tarde. Los triunfadores se saben gente de suerte porque para todo lo que desean se preparan y les llega en su momento.
Ø Quinta creencia. El trabajo es un juego.
Esta creencia es muy importante, el secreto para dejar de trabajar es aprender a jugar.
Una definición de trabajo sería: Hacer algo que tengo que hacer cuando yo quisiera hacer otra cosa. Mientras que la definición de juego es: Hacer lo que me gusta hacer disfrutándolo profundamente.
El trabajo no es para sufrir, el trabajo es para gozarlo porque te permite tu realización como ser humano. No es una esclavitud, sólo los esclavos trabajan y sólo los triunfadores disfrutan lo que hacen y además siempre andan energizados y se dicen para sus adentros, ¡hasta gratis lo haría!
Ø Sexta creencia. El éxito lo logras con una entrega personal absoluta.
Sólo podemos elegir una de dos colegiaturas para pagarle a la vida. Una es la disciplina y la otra es el arrepentimiento.
Si lo que tú quiere es triunfar en la vida tienes que entregarte a ella. Si tienes un ideal, tienes que entregarte a alcanzarlo, aquí no hay medios tiempos, no hay descansos los fines de semana. Si quieres éxito duradero debes de entregarte total y completamente, si no hay entrega total, no se alcanza el éxito. El equilibrio está en el centro, pero para llegar a tu centro tienes que pagar con disciplina, de otro modo no hay equilibrio, hay mediocridad.
Ø Séptima creencia. Aves del mismo plumaje vuelan juntas.
Hay una frase que dice:”El que con lobos anda, a aullar se enseña”, y es verdad, si quieres triunfar acércate a la gente triunfadora, evita a los mediocres.
Hay otra frase que dice: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Busca a los ganadores, busca empresas ganadoras. Si tú entras a trabajar a una empresa mediocre, instalada en el fracaso y en la baja calidad, te aseguro que se te pega. Si tú trabajas para una empresa ganadora, con filosofía de éxito y con una disciplina de entrenamiento, de capacitación y superación, eso también lo aprende. También heredas de las empresas en las que trabajas el éxito o el fracaso.
Hay empresas que te educan y hay empresas que te educan mal. Tienes que ser tú el que elija la empresa en la que vas a trabajar, no ser tú el elegido. Tienes la capacidad de elegir en dónde te conviene existir, con qué personas te conviene convivir.
Aprende a elegir a tus amistades. Júntate con el honesto, con el triunfador, con el positivo, con la persona que tiene una mentalidad para salir adelante. Aléjate del mediocre, del depresivo, del crítico, del que todo lo ve mal y a todo le encuentra problemas, te contagia.
Define quiénes son tus amigos, elige bien con quién andas, con quién planificas tu vida. Únete a la gente triunfadora y por mimetismo aprendes a triunfar. Elige a la gente que gana legítimamente, a la gente que triunfa legítimamente. Esas son las personas que te conviene tener a tu lado. Si eliges a un mediocre, tarde o temprano serás como él y eso es parte de la Ley de la Vida.
Ø Octava creencia. Por muy grande que sea tu problema, tus recursos internos siempre serán superiores.
En muchas ocasiones los problemas se presentan cuando menos los esperamos y difícilmente los podemos evitar. Ya sea que se trate de algún fracaso, la pérdida de algún ser querido, separaciones, enfermedades, problemas económicos. Si no se puede hacer nada por cambiar la situación que originó el problema, sí puedes cambiar la actitud ante la cual asumes la realidad.
Según la actitud que adoptemos, un problema puede significar nuevas oportunidades y traer consigo beneficios a tu vida a pesar de las dificultades, contratiempos y dolor que pueda causar.
Cuando aprendes a cambiar la perspectiva, a observar y evaluar los problemas desde un punto diferente del acostumbrado, encontrarás cada vez más puntos de vista que pueden darte muy variadas alternativas que pueden mejorar tu vida. Tal vez te des cuenta de que el origen del problema no es el que pensabas sino algo diferente. Cuando hayas encontrado la verdadera raíz del mal podrás actuar de manera acertada y corregir errores.
Cada uno de nosotros tenemos la capacidad de hacer uso de todos los recursos internos que poseemos y que nos permitan hacer frente, sacar provecho y a la vez aprender de cualquier dificultad que la vida nos presente y verla como una oportunidad para crecer.
Dentro de ti está el poder para cambiar el mundo.
Ø Novena creencia. Evita amar la vida más allá del propósito para la cual te fue dada.
Todos y cada uno de nosotros nacimos con talentos individuales que definen nuestras capacidades y nos hacen dueños de habilidades para desarrollar ciertas actividades.
Para logar desempeñar una actividad con éxito lo primero es descubrir e identificar los talentos que nos fueron dados y, lo más importante, perfeccionarlos para permitir que florezcan en toda su capacidad.
Evita ser lo que no eres y perderte en otros rumbos que no son los tuyos. Tú naciste para cumplir una misión, descubre tus talentos para cumplirla.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.
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