Todavía estamos en el inicio de un
nuevo año, en el momento de hacer nuestros propósitos con la firme intención de
cumplirlos y aunque las prisas de la ciudad, del trabajo, de las escuelas ya se
empiezan a sentir en nuestro cotidiano, prevalece el sentido de las fiestas
decembrinas en muchos de los que nos rodean.
En estos momentos de alta emotividad
casi siempre nos olvidamos de nosotros mismos; dar es una gran experiencia,
compartir fomenta las risas y los recuerdos pero no hay que olvidar que el
centro de todo esto siempre es y será el individuo.
La autoestima se convierte en un ser
mitológico del que todos hablan, tratan de definirla y muchos hasta se ufanan
de tenerla “bien alta” pero en realidad son muy pocos los que se hablan de tú
con ella, los que se dan tiempo de trabajarla y desarrollarla. La autoestima es la percepción evaluativa de
nosotros mismos y no siempre sacamos buenas calificaciones para nuestro
interno, esto puede llevar a que nuestra propia percepción no sea todo lo
adecuada que debería de ser, en otras ocasiones estamos en un estado tal de
auto-indulgencia que sobrevaloramos nuestras conductas y llevamos a nuestra
autoestima a la estratósfera haciéndonos un daño casi incalculable. El secreto es mantener el equilibrio y la
objetividad ante el conjunto de percepciones,
pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento
dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos,
y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter.
Suena peor de lo que
es en realidad, ha habido muchas personas que han dado diversos postulados para
ayudarnos en esta tarea que debería de ser hecha todos los días de una manera
imparcial y objetiva. Dentro de los paladines
para la ayuda de la autoestima sana podemos mencionar a Virginia Satir quien fue
una notable autora y trabajadora social, psicoterapeuta estadounidense,
conocida especialmente por su enfoque de terapia familiar, quien además está
considerada por muchos como una de las figuras más importantes en los métodos
modernos de la Terapia Sistémica Familiar. De ella quiero compartirte “Yo
soy yo” de su libro En Contacto Intimo, estoy segura de que te ayudará a poner
las cosas en su lugar para así entrar en un nuevo ciclo con paso firme hacia el
éxito.
Yo soy yo
En todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí. Hay
personas que tienen aspectos míos, pero ninguna forma el mismo conjunto mío.
Por consiguiente, todo lo que sale de mí, es auténticamente mío porque yo sola
lo elegí.
Todo lo mío me pertenece, mi cuerpo, todo lo que hace; mi
mente con todos mis pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo todas las
imágenes que perciben; mis sentimientos, cualesquiera que sean, ira, alegría,
frustración y amor, decepción, emoción; mi boca y todas las palabras que de
ella salen, refinadas, dulces o cortantes, correctas o incorrectas; mi voz
fuerte o suave; y todas mis acciones, sean para otros o para mí. Soy dueña de
mis fantasías; mis sueños, mis esperanzas y mis temores. Son míos mis triunfos,
y mis éxitos, todos mis fracasos y errores. Puesto que todo lo mío me
pertenece, puedo llegar a conocerme íntimamente. Al hacerlo puedo llegar a
quererme y sentir amistad hacia todas mis partes.
Puedo hacer factible que todo lo que me concierne funcione
para todos mis intereses. Sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros
que desconozco. Pero mientras yo me estime y me quiera, puedo buscar con valor
y optimismo soluciones para las incógnitas e ir descubriéndome más y más. Como
quiera que parezca y suene, diga y haga lo que sea, piense y sienta en un momento
dado, todo es parte de mi ser.
Esto es real y representa el lugar que ocupo en este momento
del tiempo. A la hora de un examen de conciencia, respecto de lo que he dicho y
hecho, de lo que he pensado y sentido, algunas cosas resultaran equivocadas.
Pero puedo descartar lo inadecuado, conservar lo bueno e inventar algo nuevo
que supla a lo descartado.
Puedo ver, oír, sentir, pensar y hacer. Tengo los medios
para sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser productivo y para lograr
darle sentido y orden al mundo de personas y cosas que me rodean.
Me pertenezco y así puedo estructurarme.
Yo soy yo y estoy bien.
Si
quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito,
déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.