Páginas

martes, 28 de febrero de 2012

Autoestima por Claudia López Vargas


La persona con la que más convives durante toda tu vida eres tú. Nuestra más importante relación es con nosotros mismos, y la convivencia con nosotros mismos es la relación a la que menos tiempo y esfuerzo dedicamos. La que menos solemos tomar en serio y la más importante de todas las áreas de nuestra vida. La Autoestima es una de las dimensiones psicológicas más cruciales en la existencia humana.
En general se suele llamar Autoestima a una actitud o a una emoción que tenemos frente a nosotros mismos. En realidad, técnicamente, la Autoestima es una respuesta emocional particular al hecho de realizar un juicio de valor sobre todo lo que consideramos nuestra persona. Se refiere al grado de valor que nos asignamos. Normalmente, se confunden los términos Autoimagen, Autoconcepto, Identidad y Confianza en uno Mismo como si fueran todos lo mismo y como si todos fueran sustituibles por la palabra Autoestima.
Todos estos aspectos psicológicos de la percepción de uno mismo son tan cercanos y están tan relacionados, que parecen funcionar y ser la misma cosa. No lo son, pero para el propósito de éste artículo no es necesario que expliquemos cada uno, solamente diremos que es más correcto decir que todos estos aspectos forman una actitud ante sí mismo.
Las respuestas emocionales como la tristeza y el enojo (con sus respectivas respuestas compulsivas y problemáticas, la violencia impulsiva y la depresión), así como muchas otras actitudes que son causa de conflicto humano y de insatisfacción personal, son reguladas por el nivel de Autoestima y de seguridad personal (o Autoconfianza).
Si me siento bien conmigo mismo, si me siento valioso e importante, si me siento capaz, mi manera de enfrentar todo en la vida es mucho más madura y adecuada. No me ofendo fácilmente. No me siento inseguro, con miedos o amenazado por los demás o por la vida. No tengo la necesidad de quedarme en una relación en la que me humillan o maltratan por sentir, que por lo menos, alguien me quiere y tengo poco miedo de la soledad. No vivo mi trabajo como una preocupación desproporcionada, me siento seguro de lo que puedo lograr y a la vez no me engaño, puedo aceptar mis limitaciones porque no me siento menos valioso por tenerlas.
En fin, la actitud ante uno mismo es, como podemos ver, la pieza fundamental para enfrentar y vivir las relaciones, los problemas y la existencia en general de manera madura, productiva y sobre todo satisfactoria. Es el factor central de la sensación de plenitud con la propia vida.
En realidad es posible decir que todos, absolutamente todos los conflictos de un ser humano encuentran una buena parte de su solución en el trabajo de Autoestima (usando el término en ese sentido general). De la misma manera, todos los temas de desarrollo humano o desarrollo personal o superación personal están relacionados con el desarrollo de la Autoestima, la confianza personal y una sana actitud ante uno mismo.
La actitud ante uno mismo (y por tanto la Autoestima) se va formando desde los primeros meses de vida. La manera en que nuestro ambiente nos trata y nos define, las relaciones que tenemos de pequeños con nuestros familiares y amigos así como el tipo de ideas y valores que recibimos en nuestra educación de parte de todos los que nos rodean, van formando la manera en que nos vemos a nosotros mismos y cómo nos valoramos. Obviamente, este es un proceso complejo y largo de describir, pero sobresale el hecho de que el tipo de emociones que vivimos en nuestras relaciones más importantes, así como el tipo de “etiquetas” que aprendemos a ponernos a nosotros mismos, son de especial impacto en la formación y desarrollo de nuestra Autoestima.
Por ejemplo, si vivimos una relación fría o distante con alguno o ambos de nuestros padres por lo general no desarrollamos una sensación de importancia y valía profunda. De la misma forma, si en nuestro ambiente hay una serie de etiquetas que los demás nos enseñan a poner en nuestra persona, esas descripciones y las emociones que implican quedan asociadas a nuestra sensación de valía. Si nos consideran tontos o feos no desarrollamos la misma sensación que si nos consideran capaces o agradables.
La autoestima crece o decrece de acuerdo con las situaciones de la vida. Es una característica que se va desarrollando y es modificable, aunque muchos de nosotros no lo sepamos. De hecho, si tuviéramos más educación y conocimiento al respecto, nuestra vida tendría muchas más satisfacciones. Pero esto no es así, es más, es al contrario. La mayoría de la gente cree que el trabajo de Autoestima es sólo importante para las personas inseguras o con miedos sociales. No saben, no se dan cuenta, de que el trabajo de Autoestima es un camino de desarrollo personal que transforma la vida. Y claro que es útil para quienes tienen un nivel alto de inseguridad, pero es igual de importante y de útil para todos los demás. No se diga para quienes tienen problemas de impulsividad o problemas de pareja o dificultades en las relaciones familiares, o problemas de adicciones. El trabajo de Autoestima o mejor dicho de actitud ante uno mismo, es indispensable para todo ser humano. Es de hecho la base del verdadero conocimiento de quiénes somos y la vía para un desarrollo pleno de todas nuestras potencialidades, incluida nuestra espiritualidad.
Hay quienes creen tener una excelente autoestima y lo que en realidad tienen es un excelente mecanismo de defensa para no sentir su baja autoestima y lo llegan a convertir en una armadura ante la vida y sus circunstancias, y en lugar de ser más maduros y sentirse bien en la vida, están más presionados por mantener firme su armadura. Desarrollar una buena autoestima no es cosa de juego, ni tan simple como algunas frases suelen sugerir: “quiérete a ti mismo”… bueno, sí, pero ¿cómo?, no es nada más así, por lo menos no para quien tiene una estructura de emociones y pensamientos que no le permiten tener una buena autoestima.
En este punto parece importante reflexionar que la mayoría de nosotros no sabemos realmente cómo se desarrolla la Autoestima y la seguridad personal. No sabemos cómo se logra el carisma, la alegría y la seguridad que genera un desarrollo sano de la actitud ante uno mismo. Tan es así que inclusive algunos cursos de desarrollo personal o libros de autosuperación pueden llegar a generar más frustración que beneficios en una persona. Por ejemplo, cuando te hacen sentir un mediocre y fracasado por no lograr seguir los lineamientos que sus autores manejan, aunque esos valores y lineamientos sean reales y buenos para los autores y los digan con buena intención, puede ser que no apliquen y no sean adecuados para todas las personas. Es por eso que es muy importante aprender una serie de temas sobre la actitud ante uno mismo cuando queremos crecer en Autoestima. Es importante un programa de trabajo de autoestima serio y comprobado.
En el fondo, el ser humano tiene la capacidad de poseer la sensación más plena y gratificante imaginable, que es en realidad la expresión de un crecimiento bien llevado de esa cualidad emocional tan crucial que llamamos Autoestima. Esta implica mejores relaciones sociales y laborales (más oportunidades de trabajo, más desarrollo económico inclusive), mejores relaciones familiares, de pareja, más armonía y sobre todo más plenitud en la vivencia de uno mismo y por tanto, felicidad. En su expresión más científica o más espiritual es un hecho que el trabajo de Autoestima es una de las llaves hacia la estabilidad emocional, económica y afectiva. Es uno de los temas más ignorados y más necesitados.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.

No hay comentarios: