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lunes, 12 de marzo de 2012

10 Claves de la Felicidad parte 1 por Claudia López Vargas




Debemos de creer en ella porque sí está en nuestras manos alcanzarla.

Los hallazgos que realiza la ciencia nos ayudan a vivir mejor. Los investigadores llevan por lo menos 70 años estudiando a la gente feliz y a la que no lo es, y por fin creen haber identificado los factores que determinan esta condición. Aquí te presentamos los 10 principales. Por cierto, los especialistas atribuyen a los genes un 50 por ciento del temperamento, y los demás factores conforman el resto.

1- Riqueza
El dinero contribuye a la felicidad hasta cierto punto, pero cuando uno cuenta con casa, vestido y sustento va perdiendo importancia. Los científicos han observado que, en general, la gente más rica es más feliz; sin embargo, la relación entre dinero y felicidad es compleja. En los últimos 50 años, el ingreso promedio aumentó mucho en los países industrializados, no así los niveles de felicidad. Al parecer, una vez satisfechas las necesidades básicas, él dinero proporciona más dicha sólo si uno tiene más que los amigos, los vecinos y los colegas.
"El dinero compra estatus, y éste hace que la gente se sienta mejor", dice Andrew Oswald, economista de la Universidad de Warwick, en Coventry, Inglaterra. Esto explica por qué algunas personas que buscan estatus en otra forma (científicos y actores, por ejemplo) aceptan de buena gana empleos no muy bien pagados.

2- Ambición
¿Cuántas cosas necesita uno tener para ser feliz? En los años 80, el profesor canadiense Alex Michalos pidió a 18,000 estudiantes universitarios de 39 países que midieran su felicidad en una escala numérica e indicaran cuán cerca estaban de poseer todo lo que querían. Aquellos cuyas aspiraciones - no sólo de dinero, sino de amigos, familia, trabajo, salud, etc.- superaban por mucho lo que ya tenían, tendían a ser menos felices que los que percibían una diferencia menor. El tamaño de la brecha resultó ser un indicador de felicidad unas cinco veces mejor que el monto de los ingresos.
Este, quizá, explique por qué mucha gente no se siente más feliz a medida que va aumentando el sueldo. En vez de satisfacer nuestros deseos, muchos, simplemente, deseamos más. En encuestas realizadas en Estados Unidos por la empresa Roper en los últimos 20 años, se pidió a los participantes hacer una lista de los bienes materiales que consideraban importantes para tener "una buena vida". Los investigadores descubrieron que cuanto más tenía la gente, más larga era la lista. Al parecer, "la buena vida" se mantenía siempre fuera de su alcance.

3- La inteligencia
Aunque se han hecho pocos estudios para averiguar si la gente más lista es más feliz, todo indica que la inteligencia no influye en la dicha. Esto sorprende a primera vista, ya que las personas sesudas suelen ganar más y los ricos tienden a ser más felices.
Algunos investigadores creen que como los inteligentes tienen expectativas más altas, suelen trazarse metas muy ambiciosas. "Al parecer, sacar una puntuación alta en una prueba de inteligencia -lo que implica tener un vocabulario amplio y agilidad mental- no tiene mucho que ver con la capacidad para llevarse bien con los demás", dice de Diener, psicólogo de la Universidad de Illinois, en Urbana Champaign, quien considera que la "inteligencia social" podría ser la clave de la verdadera felicidad.

4- Genética
¿Es innata la felicidad? David Lykken, genetista conductual y profesor de psicología de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, cree que la mitad de nuestra sensación de bienestar depende de lo que estamos viviendo en determinado momento, y la otra mitad de un nivel fijo de felicidad que está determinado genéticamente hasta en un 90 por ciento y al que volvemos después de vivir sucesos dramáticos. "Aunque nuestro nivel fijo de felicidad esté determinado en gran parte por los genes", explica Lykken, "depende de nuestro buen juicio y preparación -o de los de nuestros padres- que se traduzca en alegría o en insatisfacción".
Lykken descubrió que la variación genética representa entre 44 y 55 por ciento de la diferencia entre niveles de felicidad. Ni el ingreso, ni el estado civil, ni la fe, ni la educación representan más de un tres por ciento.
Así pues, de uno depende el situarse por encima o por debajo del nivel fijo de felicidad. Diversos estudios han demostrado que los extrovertidos tienden a ser más felices que la mayoría de la gente, y mucho más que los introvertidos. También hay pruebas de que el buen humor nos hace más sociables. Michael Cunningham, de la Universidad de Louisville, en Kentucky, comprobó que la gente se vuelve más parlanchina y accesible luego de ver una película alegre que si ve una triste. En teoría, incluso alguien que tenga un nivel fijo de felicidad bajo puede mejorar su percepción de la vida.

5- La belleza
El rumor es cierto: la gente bella es más feliz. Cuando de Diener pidió a unas personas que evaluaran su propio aspecto físico, observó un "efecto leve pero positivo del atractivo físico en el bienestar subjetivo".
La explicación quizá sea que la vida es más benévola con los guapos. O tal vez se trate de algo más sutil. Los rostros más atractivos son muy siméticos, y hay pruebas de que la simetría es señal de buenos genes y un sistema inmunitario saludable. Entonces, la gente hermosa quizá sea más feliz porque es más sana.
Usted puede aprovechar el efecto benéfico que la belleza le da a su ego aunque no tenga un físico envidiable; sólo tiene que estar convencido de que luce de maravilla.

Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.

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