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jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Adivinar o divinar? por José Manuel Ruíz Regil


“El tiempo de dios es perfecto”
“Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana.”
Drumbalo Melkisedek
Es común oír entre amigos “me leyeron las cartas”, “le echó la suerte”, “consultó el oráculo”, lo vió en el agua”, “fue el café”, “me lo dijeron las runas”, “me echó el i-ching”, etc. La angustia por conocer el futuro, la necesidad de explicar el presente, el deseo por recuperar el pasado, se ha expresado desde el principio de los tiempos a través de las innumerables metáforas con las que el individuo se ha explicado los fenómenos naturales, creando y recreando lenguajes, signos, símbolos y significantes que permiten interpretar los hechos que conforman esa sucesión de historias infinitas que llamamos vida.
La experiencia del alma acumulada a través de la rueda de la existencia se concentra en el inconsciente colectivo con el que algunos individuos se conectan de manera natural gracias a su grado de evolución o dominio de sus dones, para percibir una realidad más allá de lo evidente. Son los avatares, maestros o iluminados que nos traen las buenas nuevas en el día a día, a veces sin querer, y nos van dando pistas sobre el camino para los que quieren ver, oír y actuar. Algunos les llaman adivinos, brujos, sabios o locos. Desafortunadamente, la falta de ética de algunas personas y la credulidad de otras ha permitido que crezca el fraude metafísico entre las llamadas mancias, o artes adivinatorias.
En Sombra Personal Coaching respetamos y reconocemos a los seres bienintencionados que practican estas artes y aprendemos de ellos cada día. Pero marcamos un punto y aparte para acercarnos a algunos de esos sistemas holísticos de lectura para utilizarlos como herramientas poéticas, como generadores de metáforas y los insertamos en el contexto terapéutico como elementos de autoconocimiento simbólico para el consultante. De esta manera no se pretende adivinar, o generar conjeturas acerca de algo que se desconoce, sino tocar con la esencia divina que habita en cada uno para conocer lo que hay dentro. De esta manera la herramienta se vuelve un espejo de la realidad en la que el consultante se mira a sí mismo, se reconoce y se reinventa. Entonces puede tomar decisiones y construir un mejor destino, hallar un mejor designio para su vida; diseñar, transitar por el deus signus de su dios interno.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra Personal Coaching.

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