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viernes, 10 de febrero de 2012

Superando la culpa 2 por Claudia López Vargas


La Culpa disfrazada de Responsabilidad

Al disfrazarse de un falso sentido de responsabilidad la culpa podría hacerte sentir responsable aun cuando no lo eres. Es aquí cuando te asaltan los pensamientos de: debería de haber hecho ésto o aquello. Si alguna vez te sucede ésto pregúntale a tu ser interno, es allí, en tu interior donde puedes encontrar las repuestas que te permitan poner la situación en perspectiva. Tu ser interno sabe que si hubieras tenido la oportunidad de hacer eso por lo que te lamentas, lo habrías hecho.
Es importante mantener en perspectiva que somos seres en crecimiento, ninguno de nosotros es un producto terminado, siempre hay espacio para mejorar, en este sentido si decimos o hacemos algo que en un posterior análisis encontramos que pudimos haber hecho mejor de nada sirve sentirnos culpables por ello.
A medida que avanzamos en la vida siempre podremos hacer las cosas mejor, si consideramos que es deseable podemos regresar sobre nuestros pasos y disculparnos con la persona a quien consideramos que herimos, o corregir nuestras acciones de la manera pertinente, pero manteniéndonos centrados en el presente.
Recordemos que la vida, como cualquier otra escuela, nos brinda la oportunidad de aprender por ensayo y error, equivocarse es parte del aprendizaje, lo importante es aprender de nuestros errores para crecer y evitar repetirlos. Cuando tenemos la oportunidad de corregirnos, sentirnos culpables no aporta ningún beneficio.
Es importante considerar que cada ser humano en algún momento elige su camino a seguir en la vida, idealmente esta decisión debería estar basada en un profundo análisis interno y una comprensión de nuestra inclinación, capacidad y destreza naturales desde la consciencia de ser libres de elegir lo que creemos nos conviene, conservando el derecho de rectificar si consideramos que erramos, y no por las presiones familiares, sociales y o religiosas. Ésto se aplica particularmente a las decisiones de carrera y de pareja.
Nuestra primera responsabilidad es con nuestro bienestar, si nadie puede dar lo que no tiene, al no sentirnos bien con nosotros mismos no estaremos en capacidad de complacer a nadie, sin importar el nivel de culpa que seamos capaces de desarrollar.
Lo anterior guarda estrecha relación con respecto a aquellas personas que por alguna razón piensan que alguien está siempre disponible para asistirles. Por supuesto que es deseable ayudar siempre que esté a nuestro alcance, pero cuando alguien trata de controlarte por medio de la culpa, haciéndote sentir responsable por las consecuencias de no ayudarle en determinado momento, aunque esté fuera de tu alcance, es importante reflexionar en donde quedamos situados como individuos.
Es deseable conservar la perspectiva de nuestra identidad e individualidad, de otra manera lo que somos podría perderse en el proceso.
Otro punto importante a tomar en consideración, con respecto a sentirnos culpables por supuestas responsabilidades, es que algunas veces podemos considerar que es más fácil permitir que otros nos controlen que hacer valer nuestros derechos. El análisis de este punto escapa el alcance de este artículo, pero podemos ayudarnos tomando en consideración unos detalles importantes.
Al encontrarse ante situaciones en las cuales el complacer las necesidades de otros de alguna manera te hace negar o reprimir tus propias necesidades, pon en una balanza aquello con lo cual podrías vivir, y con qué no.
Podrías decidir que es más fácil negar tus propias necesidades que vivir con la culpa de no complacer a otros. En este caso toma en consideración que la culpa que los demás arrojan sobre tus hombros, y tú aceptas, podría ser demasiado como para permitirte ser feliz.
Aquí entra en juego otro sentimiento estrechamente relacionado a la culpa y es el resentimiento, puedes elegir complacerles pero como consecuencia desarrollar resentimiento, aunque te digas a ti mismo que prefieres sentir resentimiento en vez de culpa, la culpa no pierde oportunidad para controlar la situación.
Cabe preguntarse entonces, ¿por qué tenemos que elegir entre uno y otro sentimiento que en nada nos favorece?, en realidad no tienes por qué hacerlo, es simplemente una decisión, una elección, y por eso también podrías elegir ser libre.
Si alguna vez eliges negar tus propias necesidades para complacer a otros, aun estando consciente de que al hacerlo te perjudicas, al menos trata de mantenerte alerta a este detalle. Ésto te permitirá estar consciente de tus acciones y sus consecuencias, y podría ser el primer paso para superar esta y otras situaciones en tu vida.

Mañana publicaremos “La culpa y los secretos”, no te lo pierdas.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.

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