La Inteligencia es como el póker, no todo el mundo tiene la misma dotación genética; no todos los jugadores poseen cartas idénticas. En un principio unos tienen más capacidades o mejores cartas que otros, pero dependiendo de cómo las utilicen alcanzarán unos objetivos u otros o ganarán o perderán la partida. Y es que cuando el potencial genético de una persona entra dentro de los márgenes de lo que se considera salud mental, los recursos son múltiples y pueden manejarse de infinidad de maneras. El secreto está en aprender a utilizar todo aquello que se posee, resulta que no siempre quien está mejor dotado tiene más éxito en la vida.
Las habilidades intelectuales tienden a progresar con el transcurso de los años. Las habilidades fluidas (como solucionar problemas novedosos y ensamblar figuras) logran su máximo alrededor de los 15 a 30 años de edad, en tanto que las habilidades cristalizadas (tales como los conocimientos generales y el vocabulario) continúan progresando hasta la década de los sesenta años en promedio. Igualmente la rapidez en la ejecución de pruebas intelectuales tiende a disminuir desde la década de los 30 años. Esta velocidad en la ejecución de pruebas intelectuales e hecho se considera como uno de los elementos centrales de la inteligencia fluida. Se dice que el joven sabe menos pero aprende más, en tanto que el viejo aprende menos pero sabe más.
¿En qué eres inteligente? Cómo estimular y fomentar tu desarrollo de la inteligencia.
Según el psicólogo Howard Gardner existen diferentes formas básicas de inteligencia. Éstas son válidas para todas las culturas y todos los momentos históricos. De acuerdo con Gardner las pruebas de inteligencia no deberían preguntar “¿qué tan inteligente eres?”, sino “¿en qué eres inteligente?”. Conocer en qué somos más hábiles es decisivo para el éxito, entre más utilicemos y estimulemos nuestros talentos naturales, más adaptados nos sentiremos. En el aspecto educativo, debemos de reconocer la inteligencia única y característica de los estudiantes.
Gardner propone que existen 8 tipos de inteligencias (y posiblemente una novena), cada una relacionada con la actividad de ciertas áreas del cerebro. Estas distintas formas de inteligencia son:
- Inteligencia verbal-lingüística.
- Inteligencia lógica-matemática.
- Inteligencia espacial.
- Inteligencia musical.
- Inteligencia corporal-quinestésica.
- Inteligencia interpersonal.
- Inteligencia intrapersonal.
- Inteligencia naturalista.
- Inteligencia Espiritual (recientemente postulada).
Cada una de estas inteligencias utiliza un sistema simbólico diferente por medio del cual los individuos representan o estructuran su experiencia. Por ejemplo, la experiencia puede simbolizarse con palabras, relaciones lógico-numéricas, imágenes visuales, tonos, ritmos o frecuencias, movimientos corporales, etcétera. Sólo las tres primeras formas de inteligencia estarían medidas en las pruebas tradicionales de inteligencia e incluidas en el coeficiente intelectual (CI). En artículos posteriores desarrollaremos las características de cada una de las inteligencias aquí mencionadas.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.
1 comentario:
Qué buen reto reconocer aquellas inteligencias en las que somos fuertes y desarrollar las que nos son, incluso, ajenas.
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